Independientemente de las edades, peso y otras cuestiones de protocolo, Tucumán es potencia en la comitiva de la selección argentina que viajará al Mundial de Bulgaria de taekwon-do ITF en los próximos días. Y es potencia el “Jardín” porque son 16 los amigos de estas tierras que integran la lista oficial de 56 pasajeros.

Como en todo deporte amateur, además de ganarse del derecho de estar por haber sumado puntos y conquistado etapas clasificatorias en Buenos Aires y Santiago, lo que no concluye para los seleccionados (se competirá en juveniles, mayores y veteranos; histórico) es esa búsqueda constante de manos solidarias para cubrir los costos de la gira.

Y ya que hablamos de armar valijas y pasaporte, estamos obligados a traducirlo a la brava, a conversar en dólares. Entonces, como que el castillo puede temblar. Y fuerte, cuando el numerito de gastos básicos (vuelo y hotel) se llama U$S 4.500. Los verdes, cambiados a moneda argenta, significan $ 207.900, al cambio oficial ($46.20).

A poco menos de 10 días del primer check in con destino a la Ciudad de la Furia, Maximiliano Ruiz Huidobro y Samir Cheade, entre otros tucus, continúan luchando fuera del dojang. “Hemos hecho de todo, desde locreadas a vender rifas. Hay que seguir hasta el final”, comenta Cheade, el pequeño de la comitiva con 13 años. Estos chicos necesitan una mano solidaria. Un último empujón: “no estamos lejos…”.

Hijo de familia de takwondistas, “Maxi” va por su quinto Mundial, todos costeados por su bolsillo. “A esta altura ya empezamos a hablar de préstamos y esas cosas, para completar lo que nos falta”, se sincera este cinturón negro 3° dan que conoce hacia dónde irá el equipo nacional: la búlgara Plovdiv vuelve a ser sede del certamen como en 2015. “Del 24 al 31 será la competencia”, avisa “Maxi”.

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A OSCURAS.

Sin entrar demasiado en detalles históricos, y apenas rascando la superficie, las diferencias entre el taekdon-do ITF y WTK habitan en que el primero no es olímpico y que en la lucha casi no llevan protecciones. El taekwon-do como taekwon-do en sí es un arte marcial registrado por el general Choi Hong Hi en en 1955. Después de la guerra con Japón, de pasar un tiempo preso y de que la isla se dividiera en dos países, Corea del Norte y del Sur, Choi regresó al norte, y le dio curso al nuevo arte marcial.

“Es un país increíble”, me cuenta Ruiz Huidobro. En 2011 fue a luchar allí, a la “cuna de nuestro taekwon-do”. Puede haber diferencias entre presente y pasado en Pyongyang, pero a lo que vivió en la capital norcoreana en ese tiempo Maxi lo toma como increíble. “A la gente, quizás, la vi algo sometida a lo que podían decir los militares… A nosotros nos llevaron a conocer algunos monumentos. Seguro, los que ellos querían que viéramos. Jamás pudimos salir solos a ningún lado, siempre estuvimos bien escoltados”.

La sorpresa en su máxima expresión, durante la noche: “la ciudad quedaba completamente apagada. Ni una luz”.

¿Y lo sorprendente de lo sorprendente? “Cuando el piloto aterrizó el avión. La pista no estaba iluminada, ¡estaba a oscuras! Fue una locura, ja, ja, ja”, al parecer el polito era experto, de lo contrario jamás habríamos conocido la anécdota de Maxi.

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Técnico en higiene y seguridad, “Maxi” le ha dedicado 27 de sus 31 años al taekwon-do. “Me entreno todos los días y sí, me he privado de muchas cosas para estar acá. La disciplina es clave”, confiesa el futuro licenciado que competirá en lucha individual hasta 64 kilos y por equipos, con el team nacional.

Rivales de cuidado: “locales, ucranianos, rusos y griegos son muy fuertes, además de los asiáticos de los países de la ex Unión Soviética”.

Lo mejor de cada experiencia: “es lindo lo que se vive porque estás en el hotel conviviendo con todas las delegaciones. Conocés culturas de todo el mundo”.

Maxi es el del medio entre cinco hermanos, tres varones y dos mujeres, y todos pasaron y sintieron el taekwon-do. “Zafó una hermana, pero la más chica no, ja. Ya es cinto negro. En mi casa, en mi familia en general (primos, etcétera), por ejemplo, podés querer jugar al fútbol, sí, pero primero tenés que hacer taekwon-do. Porque si no hay taekwon-do, no hay chances de fútbol, ja”.

PREVIA. Maxi posando con la bandera argentina con el sello tucumano.